Experiencia deveinticinco años, seguir mejorando
Mi llegada al barrio del Poblenou fue en el año 1998, hacía tres años que iba en silla de ruedas y aquí encontré una vivienda accesible.
Mucho ha cambiado el barrio desde mi llegada, y he podido ver todos esos pequeños y grandes cambios; principalmente han sido cambios urbanísticos que claramente han facilitado y mejorado mi movilidad en silla de ruedas. Antiguas calles que todavía estaban con adoquines, como Pellaires, Tortellà, Amistat o el tramo de rambla del Poblenou desde Taulat hasta el mar, incluso la misma plaza de Prim, serían algunos ejemplos de calles por las que ir con silla de ruedas era casi imposible y hoy en día son espacios peatonales y totalmente amables a cualquier movilidad sobre ruedas: son algunos ejemplos de cómo el barrio ha mejorado su accesibilidad.
Espacios emblemáticos como el antiguo mercado y su entorno junto con la plaza de la biblioteca Manuel Arranz son también ejemplos de lugares y espacios mejorados. En este sentido el barrio, que por sus características geográficas es totalmente plano refuerza su atractivo a la movilidad sobre ruedas, y aunque también la accesibilidad plena a locales, comercios y establecimientos nunca es total sí que está muy presente y personalmente creo que podía calificarse de buena.
Tal vez la Rambla en su tramo central, como lugar emblemático de paseo, pudiera mejorar en detalles como alisar pequeños bordillos, así como los jardines de Josep Trueta, o la sucursal de Correos en Ramon Turró, que pese a tener rampa de acceso no es útil ni práctica para acceder con silla de ruedas.
Javier Pastor
